Hay ocasiones en las que se diseñan construcciones para que estén presentes durante un corto periodo de tiempo, y no para que perduren. Es el caso de la arquitectura efímera, cuyos proyectos, en principio, tienen fecha de caducidad.
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Cuando hablamos de arquitectura efímera nos referimos a construcciones pasajeras, pensadas para terminar desapareciendo, ya sea porque se concibieron como parte de un decorado en una feria temporal o por formar parte de una determinada celebración.
La historia de la arquitectura efímera tiene sus orígenes en el siglo XV, siendo una tendencia habitual durante el Renacimiento y posteriormente en el Barroco hasta llegar a la arquitectura contemporánea. De hecho, la Torre Eiffel iba a ser destruida 20 años después de su construcción. Finalmente no fue así gracias a su uso como laboratorio de mediciones y experimentos de gran utilidad para la ciencia.
Hoy en día los diseños efímeros, además de ser utilizados para los eventos comentados, son muy recurrentes a la hora de proponer nuevas ideas arquitectónicas en los espacios públicos.
¿Qué características tiene?
Además de ser temporales, las estructuras efímeras reúnen un conjunto de características que suelen ser comunes en este tipo de arquitectura.
Una de ellas es su bajo coste, debido al aprovechamiento de los materiales del entorno. Además, al utilizar elementos más económicos como los anteriormente mencionados, el importe de fabricación es mucho menor que el de otro tipo de diseños.
Es frecuente que las arquitecturas efímeras sean prefabricadas, favoreciendo de esta forma el montaje y desmontaje de las construcciones a la hora de retirarlas. Otra ventaja es su gran capacidad de adaptación al entorno y una respuesta eficiente a los requisitos del espacio destinado para ellas.
Por lo general, suelen ser construcciones muy novedosas y complejas, no solamente por el tipo de materiales que se utilizan, sino también por los diseños que ofrecen. Además, al emplear técnicas novedosas, sirven como campo de pruebas para la posterior implantación de tecnologías disruptivas en la arquitectura tradicional.
Materiales de la arquitectura efímera
Como ya hemos comentado, los materiales que se destinan a este tipo de construcciones son poco resistentes al tratarse de estructuras que van a permanecer poco tiempo.
Pueden variar mucho en función de las necesidades del proyecto, pero la madera, el cartón o el vidrio son algunos de los más utilizados por cuestiones de diseño, integración en el entorno y facilidad a la hora de conseguirlos en el mercado.
Además, en las obras efímeras se tiene muy en cuenta el impacto ambiental y la consideración con el entorno, por lo que cobra gran importancia la utilización de materiales sostenibles que no afecten al medioambiente, una vez se desechen con la retirada de la edificación.
Entendida como arte
En A-cero ya hemos compartido nuestra visión sobre el arte y la arquitectura. En este artículo cobra todavía más importancia, ya que muchas de las construcciones efímeras son verdaderas obras de arte.
Un ejemplo de ello es uno de los pabellones de la Serpentine Gallery de Londres diseñado por Sou Fujimoto en el año 2013.
Con este pabellón construido con barras de dos centímetros de diámetro, el arquitecto japonés representa su visión sobre el límite entre la naturaleza y lo artificial, mostrando lo diferentes que son entre sí y hasta qué punto podrían llegar a estar unidos.
A continuación os mostramos otros ejemplos interesantes de arquitectura efímera.
Ejemplos de arquitectura efímera
Dentro de los muchos tipos de arquitectura efímera que existen para eventos culturales, deportivos o equipamiento urbano entre otros, vamos a ver algunos ejemplos que nos parecen especialmente interesantes desde el punto de vista arquitectónico.
La primera imagen muestra el Pabellón de Japón para la Expo 2000 en Hannover. Un proyecto de arquitectura efímera sostenible diseñado por el arquitecto japonés Shigeru Ban en el que la estructura se compone de tubos de papel reciclable formando una especie de panal.
El siguiente proyecto es otro de los pabellones que estuvieron presentes en la Serpentine Gallery que tuvo lugar en los Kensington Gardens de Londres en 2019. En esta construcción temporal, el arquitecto Junya Ishigami diseñó una cubierta con tejado de pizarra, mostrando la armonía entre las estructuras creadas por el hombre y las de la naturaleza. Él mismo lo definió como “Un paisaje que vive en el interior y el exterior del mismo edificio”.
Otro ejemplo muy interesante es la escultura diseñada por Arne Quinze a la que llamó “The Sequence” (La secuencia). Esta construcción de madera de 80 metros de largo y 15 metros de alto se sitúa frente al parlamento flamenco belga. Se diseñó en 2008 con la intención de desmontarla pasado un tiempo, pero a día de hoy sigue estando presente.
Denominada “una pared desabrochada” por el arquitecto Bjarke Ingels, esta especie de tienda de campaña construida con tubos de fibra de vidrio provoca un efecto visual que, dependiendo del lugar donde se observe, puede parecer un triángulo, una cueva o incluso un cañón.
Y por último, os mostramos este pabellón de madera con forma de cuenco ubicado en Tokio en 2021 y proyectado por el prestigioso arquitecto japonés Akihisa Hirata.
Este proyecto de arquitectura efímera urbana permite a las personas caminar a través de la escultura gracias al corte tridimensional que se realizó en la madera, creando un espacio cerrado en la ciudad que se conecta con el mundo exterior.