La arquitectura brutalista se caracteriza por la utilización de materiales como el hormigón armado. Sus edificios suelen tener formas simples de grandes bloques, lo que les dota de un aspecto robusto y masivo. El Brutalismo destaca por la falta de ornamentación y por no tratar de ocultar ningún aspecto de la estructura o de los materiales utilizados.
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A pesar de ser un estilo arquitectónico distintivo y original, el Brutalismo ha sido criticado por algunos por su aspecto masivo y poco atractivo. Además, algunos críticos han argumentado que los edificios brutalistas son incómodos e inhóspitos para aquellos que los habitan.
Sin embargo, en los últimos años, el Brutalismo ha experimentado un resurgimiento en interés y aceptación, y muchos arquitectos y defensores de la arquitectura han abogado por su conservación y protección.
En este artículo hablaremos sobre qué es el brutalismo en arquitectura, cuáles son sus características y comentaremos algunos de los edificios de este estilo arquitectónico.
¿Qué es el brutalismo?
El Brutalismo surge hace más de medio siglo, en la década de los 50, de la mano de Le Corbusier y su Unitè d´Habitation en Marsella, obra fundacional del movimiento.
Su nombre nace a partir del uso del término Brutalism por parte del ingeniero británico Reyner Banham, que adaptó la palabra francesa béton brut con la que se conoce al hormigón armado, principal material usado por este movimiento.
Tras una Segunda Guerra Mundial que dejó atrás miles de edificios destruidos y un enorme número de personas sin hogar, la necesidad de estructuras funcionales y de bajo coste hizo que la arquitectura Brutalista se convirtiera en un movimiento internacional y adquiriera gran popularidad.
Pensada como una “ciudad dentro de una ciudad”, la Unitè d´Habitation propone un diálogo innovador entre lo individual y lo colectivo, con espacios comunes en los que los habitantes del edificio podían disfrutar de jardines, gimnasio, enfermería y otros servicios.
Frente a un Mies Van der Rohe que priorizó el uso de materiales nobles, con esta obra Le Corbusier instauró el uso del hormigón armado y cambió drásticamente las directrices del diseño arquitectónico habitacional.
Características de la arquitectura brutalista
Íntimamente relacionada con el uso del hormigón armado, la arquitectura brutalista es claramente inconfundible. Su arriesgada apuesta nos empuja a relacionarnos con los edificios en su estado más puro, en los que el material habla por sí mismo.
Así, masa y materialidad son dos de las señas de identidad de este tipo de edificaciones, que a menudo incluso llegan a exponer a la vista las instalaciones o los medios empleados en su construcción.
No obstante, el Brutalismo no se limita sólo al uso del hormigón armado a nivel estructural sino también como elemento fundamental en el acabado del propio edificio, gracias a su enorme plasticidad y a los recursos que ofrece en el ámbito de la construcción.
Honesta, escultórica y con una claridad formal y estructural, la arquitectura brutalista hace que sus edificios sean “fáciles de leer”. Su línea constructiva y sus proporciones colosales llegan a transmitir cierto aire de grandiosidad, de modo que este tipo de construcciones no suele pasar desapercibido.
Arquitectura brutalista en España
Como hemos comentado, el Brutalismo adquirió gran popularidad gracias al déficit habitacional provocado por la destrucción de la Segunda Guerra Mundial.
Constituyó una alternativa económica y útil para la construcción de todo tipo de viviendas, centros comerciales o edificios gubernamentales, de modo que resultó idónea en un contexto de postguerra. Sin embargo, su éxito fue tal que incluso las clases más adineradas abrazaron su propuesta estética.
Este fue, sin duda, el caso de España, lo que permitió que muchas de esas construcciones hayan llegado hasta nuestros días. Ejemplo de ello son algunas viviendas brutalistas construidas en Madrid, reservadas a personas con un alto poder adquisitivo, como por ejemplo el conjunto del Patronato de Casas Militares en la esquina de Alberto Aguilera con San Bernardo.
Otros exponentes del brutalismo en nuestro país son la Facultad de Ciencias de la Información, obra de José María Laguna y Juan Castañón Fariña en 1971, donde Alejandro Amenábar rodó algunas de las escenas de Tesis, o el peculiar Walden 7 de Ricardo Bofill, en Sant Just Desvern (Barcelona).
Ejemplos de edificios brutalistas
Podemos hablar sobre infinidad de edificios brutalistas simbólicos como el Edificio Liverpool de Le Corbusier en Francia, el Edificio SESC Pompeia en Brasil y el Edificio Hunstanton School en Inglaterra, siendo estos algunos de los más famosos. Pero en A-cero hemos seleccionado los siguientes:
La Biblioteca Geisel, San Diego
Obra del arquitecto William L. Pereira, la Biblioteca Geisel propone un delicado equilibrio entre peso y ligereza, sosteniendo el cuerpo principal de la construcción sobre unos fuertes pilares de hormigón. La tensión resultante nos ofrece un edificio casi de ciencia ficción, con una estructura de ocho pisos de los cuales dos de ellos están sumergidos.
Paradero Todos Santos, México
Declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, Todos Santos es un enclave único donde el desierto, las montañas y las playas vírgenes del Pacífico acogen el Hotel Paradero, una construcción brutalista de los arquitectos Rubén Valdez y Yashar Yektajo.
Su peculiar diseño concibe un espacio que minimiza el impacto ambiental, estableciendo un diálogo fluido entre el interior y el exterior. Su masa de hormigón color beige y su diseño interior con materiales como la madera de tornillo o el metal hecho a medida contribuyen a crear una sensación de arquitectura global.
Wotrubakirche, Viena (Austria)
Esta Iglesia fue, en un principio, concebida como monasterio de clausura. Sin embargo, cuando el escultor Fritz Wotruba presentó el proyecto en 1968 se topó con una férrea oposición, llegando a tildarlo incluso de “obra del diablo”.
Tras muchos problemas, finalmente se le encargó una modesta iglesia parroquial y el artista recurrió a su colega arquitecto Fritz Gerhard Mayr, que le convenció de sustituir los 135 bloques de piedra por hormigón.
A pesar de ello, la construcción sacudió los cimientos de la conservadora Viena de 1976 por su rompedora relación entre Arte y Arquitectura, llegando a ser comparada con el lienzo de René Magritte “El arte de la conversación”.
Teatro Nacional de Taichung, Ciudad de Taichung (Taiwán)
Diseñado por los arquitectos japoneses Toy Ito y Cecil Balmond, este monumental teatro de ópera representa como ninguno el resurgir de la Arquitectura Brutalista en nuestros tiempos.
Este proyecto planteó retos que alargaron su construcción hasta siete años. Concebido como una alegoría a la naturaleza, sus sinuosas formas proponen escenario de cuevas y agua que, además, funcionan como regulador térmico a la vez que reciclan el agua de lluvia.
La fluidez del sonido y de la luz natural, junto con sus tres colores básicos (rojo, negro y azul) llaman poderosamente la atención y lo convierten en una verdadera joya arquitectónica.
Torres Blancas, Madrid (España)
El proyecto original lo constituían dos torres revestidas de polvo de mármol. En su lugar, una única estructura gris compuesta por varios cilindros constituye esta icónica obra de Saenz de Oiza, enclavada en la Avenida de América de Madrid y verdadero exponente de la Arquitectura Brutalista en nuestro país.
Su innovador diseño en forma circular alcanza los 71 metros de altura con un total de 23 plantas, de las cuales las dos últimas están destinadas a “núcleo social”.
Ideado como un árbol que creciera orgánicamente, con este edificio Saenz de Oiza rompió los esquemas de la arquitectura habitacional en España y acabó convirtiéndose en su residencia hasta que falleció en el año 2000.
Proyectos de arquitectura brutalista de A-cero
En nuestro estudio de arquitectura e interiorismo también hemos realizado varios proyectos de viviendas brutalistas. A continuación mostramos algunos de ellos: